07-04-2009

Pascua y la religión

De los checos se dice con frecuencia que son ateos. Hasta cierto punto puede ser cierto, pero de la misma manera encontramos numerosos ejemplos de como la vida corriente de los checos sigue estando marcada por la tradición religiosa. Es el caso de la Pascua.

La Pascua, al igual que la Navidad y otras fiestas señaladas, tiene orígenes paganos. Su fecha está relacionada con el equinoccio de primavera. La Pascua judía, o fiesta de Pésaj, recuerda el éxodo de los judíos de Egipto hacia tierra prometida. La Pascua cristiana también está relacionada con el camino a la libertad, pero más bien en un sentido espiritual, como una liberación del mal. Está relacionada también con la crucifixión de Cristo.

Sin embargo, todos los cristianos recuerdan los mismos acontecimientos bíblicos, diferenciándose en la manera de enfocarlos. La diferencia más marcada la establecen las tradiciones occidental y oriental, esto es, entre católicos, evangelistas, iglesias reformistas y ortodoxas. Una diferencia es, por ejemplo, la fecha. Mientras en la tradición occidental el domingo de Pascua cae en el primer domingo tras la primera luna llena de primavera, en la oriental se pasa al primer domingo después de la Pascua judía.

Las fiestas de Pascua

Para los cristianos, la Pascua es la fiesta más importante del año ya que recuerda la Pasión y la Resurrección de Cristo. Sin embargo, la Pascua simboliza también la llegada de la primavera. Las fiestas de Pascua tienen raíces paganas. Los primitivos festejos de la llegada de la primavera fueron sustituídos por la celebración de la Resurrección de Cristo, pero el pueblo seguía conservando las tradiciones ancestrales. Así ocurría también en Chequia.

La Pascua se celebra en fechas próximas al equinoccio de primavera cuando comienza en el hemisferio boreal el ciclo vegetativo de la Naturaleza. En el campo se observaban por este motivo costumbres relacionadas con el calendario agrícola que se remontaban a los viejos rituales propiciatorios de abundante cosecha, salud, vigor y fecundidad. Las celebraciones religiosas y las costumbres de origen ancenstral se entrelazaron, creando la inconfundible tradición de la Pascua checa.

Muy importante era ya el período cuaresmal, de seis semanas de duración, que precede a las fiestas de Pascua. En dicho período no se celebraban bailes y fiestas ruidosas, se comía y bebía frugalmente. Las costumbres observadas en esa época del año se relacionaban con el fin del invierno y el comienzo de la primavera.

El ritual primaveral más antiguo tiene su origen en los tiempos paganos. Nuestros antepasados solían sacar de la aldea la Muerte o el Invierno. Era un muñeco de paja vestido con trapos viejos que era quemado ritualmente o sumergido en las aguas de un río o arroyo en las inmediaciones de la aldea. Las muchachas regresaban al pueblo con un ramo verde que simbolizaba la primavera. Es interesante que la Iglesia se opusiera en tiempos pasados a esta costumbre. Por ejemplo, en el archivo del sínodo praguense se halla un documento del año 1366 que prohibía estrictamente el ritual con la efigie de la Muerte. Pero la tradición popular fue más fuerte.

Las solemnidades de la Semana Santa empiezan el Domingo de Ramos. En ese festivo día se bendecían en las iglesias ramos de sauce con amentos, la madera y el agua. La bendición de ramos recuerda la célebre entrada de Cristo en Jerusalén. Los ramos bendecidos se colocaban en las casas detrás del crucifijo, y las campesinas plantaban los ramitos pequeños en los campos de trigo joven para propiciar una buena cosecha.

Foto: CTKFoto: CTK Después del Domingo de Ramos se procedía a una limpieza general de los hogares. Las amas de casa sacaban al patio todos los muebles para lavarlos y después pintaban con cal las paredes de la morada. La tradición se ha conservado, y la llamada limpieza primaveral sigue siendo algo obligatorio en los hogares checos.

Los checos dieron nombres especiales a los días de la Semana Santa: Lunes Azul, Martes Amarillo, Miércoles Negro, Jueves Verde... El Viernes Santo se denominaba Viernes Grande, y el Sábado de Pascua era el Sábado Blanco... En Miércoles Santo las mujeres vestían trajes de colores oscuros, los hombres dejaban de fumar, en la mesa se servían platos de lentejas y guisantes y no se hacían visitas...

En Jueves Santo se callaban las campanas y la gente decía que habían volado a Roma. E inmediatamente salían a la calle los muchachos que recorrían el pueblo entero haciendo sonar las matracas...

Y el alegre sonido de las matracas o carracas se oía en los pueblos checos hasta el mediodía del Sábado Santo cuando volvían a tañer las campanas. En Jueves Santo, Judas había traicionado a Jesús. En Chequia se preparan los llamados panecilllos de Judas - son pequeños panecillos redondos con miel. En Viernes Santo revestían gran importancia los rituales relacionados con la limpieza. Ese día, los checos solían madrugar. Tras levantarse, se dirigían a los ríos y arroyos donde se lavaban con agua fría, ya que creían que este ritual les aseguraría buena salud. Las amas de casa sacaban a airear las almohadas y los colchones de plumas para quitarles las enfremedades y ahuyentar de la casa todos los males.

En Viernes Santo, los labradores se quedaban en casa. Para que la tierra diera una buena cosecha, no se debía remover ese día. Por eso en Viernes Santo no se araba ni sembraba, aunque el tiempo fuese propicio para las faenas agrícolas. Ese día se observaba un riguroso ayuno. En algunas familias ni siquiera se cocinaba, y se comía una especie de salsa preparada con huevos, sémola, azúcar y canela.

Con el día del Viernes Santo estaban relacionadas también muchas supersticiones. Según una creencia popular , se abrían las rocas y era posible llegar a tesoros ocultos en el seno de la Tierra. Y tras el Viernes Santo, día ensombrecido por el recuerdo de la Pasión de Cristo, venía el Sábado de Pascua, una jornada alegre y festiva. El Sábado de Pascua se bendecía el fuego. La gente se llevaba a casa pedacitos de madera carbonizados, ya que existía la creencia de que tenían el poder mágico de alejar de casa las desgracias y accidentes.

Los labradores se dirigían a los campos ya que el Sábado de Pascua, juntamente con el Jueves Santo, se consideraban días muy propicios para la siembra. La tradición imponía que el Sábado de Pascua se trabajase en los campos aunque fuera sólo durante poco tiempo. Cuando el Sábado de Pascua volvían al mediodía a tocar las campanas, se sacudían los árboles en el huerto y en los campos para que dieran más fruta.

Hoy en día ya no sacudimos los árboles como nuestros antepasados, pero, al igual que ellos, preparamos- o compramos en las panaderías-una especie de pan redondo, muy grande, confeccionado de masa fermentada con pasas en su interior, y en la superficie, almendras. Por su forma recuerda el disco solar que brilla en el cielo primaveral.

A diferencia de sus antepasados, el Domingo de Pascua los checos no suelen comer cordero asado... El cordero pascual en Chequia es simbólico, confeccionado de una masa muy sabrosa, con mucho huevo y azúcar. Cubierto con una capa de chocolate y con una cinta roja a su pescuezo, el corderito es irrresistible. Se me hace la boca agua al recordar su relleno:una crema con cacao que es una delicia...

El Lunes de Pascua, los varones checos solían recorrer el pueblo azotando a las mujeres y chicas con varitas de sauce entrelazadas para que se mantuvieran sanas durante todo el año. A las muchachas las empujaban a un chapuzón en el arroyo o las rociaban con agua para que conservaran su frescor. Los varones recibían a cambio huevos de Pascua, bellamente decorados.

Hoy en día son sobre todo los chicos pequeños que azotan simbólicamente a sus amiguitas. En Moravia existe la tradición de aspergir a las muchachas con perfumes, lo que sustituye el baño ritual en el río. Cuando yo era chica, en Moravia existía la costumbre de azotar a las muchachas con ramitos de enebro. Hoy en día, ante las protestas de los protectores de la Naturaleza, ya sería imposible...

Correr en pos de las muchachas y azotarlas - ... y aquí respetamos el pudor de las oyentes, prefiriendo no precisar en qué partes del cuerpo caían los azotes...
...era un ritual que tenía también sus aspectos eróticos. Por eso el jesuíta Koniás amenazaba en el siglo 18 con que el muchacho que lo practicase ardería en las llamas del Infierno.

Es innegable que en Lunes de Pascua mis antepasados daban largas a sus instintos paganos. Incluso la costumbre de regalar huevos es de origen pagano.

Los paganos realzaban el poder mágico de los huevos pintándolos en rojo, color de la sangre, la vida y el amor. Originalmente, también los huevos de Pascua se pintaban en rojo...

...y los checos llamaban al Lunes de Pascua, Lunes Rojo.

El huevo es un objeto mágico que desde tiempos inmemoriales simboliza la fecundidad y la vida. Tanto en Bohemia como en Moravia se han creado con el tiempo refinadas técnicas de decoración de los huevos de Pascua.

En el pasado, los huevos de Pascua llevaban también inscripciones que revestían un gran significado tanto para quien los regalaba como para el destinatario. Y eran inscripciones muy elocuentes, por ejemplo: ¿Este huevo pintado es pequeño, pero el cariño, grande. A quién no le gustaría recibir un mensaje así?

Fiesta medio cristiana y medio pagana, así es la Pascua checa. Con ella comienza la primavera, tiempo de renovadas esperanzas. ¡Que se nos cumplan por lo menos algunas, amigos oyentes!