El día 17 de noviembre se celebra en la República Checa el
"Día de la
Lucha por la Libertad y la Democracia". Esta fecha fue proclamada
fiesta nacional en memoria de dos acontecimientos que se inscribieron en
la historia checa: la ejecución de estudiantes checos por los nazis en
1939, y la manifestación estudiantil que en 1989 fue el detonador de la
Revolución de Terciopelo, que impulsó la caída del régimen comunista en la
entonces Checoslovaquia.
17 de noviembre de 1939
El 28 de octubre de 1939, con motivo del aniversario del surgimiento de la
República Checoslovaca independiente en 1918, a las calles de Praga
salieron miles de estudiantes checos para protestar contra la ocupación
nazi. La manifestación fue reprimida brutalmente.
Durante los enfrentamientos resultó gravemente herido uno de los líderes
estudiantiles, Jan Opletal. Varios días después falleció. Su entierro se
convirtió en una manifestación masiva contra el régimen fascista. La
reacción violenta de los ocupantes no se dejó esperar mucho tiempo. El 17
de noviembre de 1939 los nazis cerraron las escuelas superiores checas.
Poco después fueron ejecutados nueve líderes estudiantiles y 1200
estudiantes fueron deportados al campo de concentración de Sachsenhausen.
Ya durante la Segunda Guerra Mundial, la fecha del 17 de noviembre fue
proclamada como Día Internacional de los Estudiantes.
17 de noviembre de 1989
Cincuenta años más tarde, el 17 de noviembre de 1989, en Praga se
reunieron 15 mil estudiantes para rendir homenaje a Jan Opletal. La
reunión, tolerada por el régimen comunista, fue concluida en el Cementerio
de los Próceres, de la capital checa.
Sin embargo, los estudiantes se dirigieron del cementerio al centro de
Praga, para protestar contra la actitud antireformista de los altos
dirigentes comunistas de entonces. A la marcha pacífica se sumaron muchos
ciudadanos.
En la Avenida Nacional, los estudiantes indefensos fueron acordonados por
la policía que intervino brutalmente contra ellos. Unas 600 personas
resultaron heridas. Al siguiente día, los estudiantes de las universidades
de Praga se declararon en huelga, a la que se sumaron los actores de los
teatros capitalinos. El 19 de noviembre fue fundado el Foro Cívico,
movimiento que se convirtió en portavoz de los ciudadanos descontentos
durante el proceso de los diálogos con los jerarcas comunistas. El camino
hacia la democracia fue emprendido.